La historia de Son Amat se desarrolla de un modo paralelo a la de la isla de Mallorca. Abierta en 1.875, satisfacía las necesidades locales de una sociedad rural, basada en un sistema económico agrario. Para ello, bastaba un método de explotación primitivo, sustentado por medios humanos y animales.

De este modo, a pesar de las penosas y difíciles condiciones de trabajo, transcurría plácidamente el tiempo, hasta la llegada, a mediados del siglo XX, del turismo masivo.

Ante las nuevas necesidades planteadas con este nuevo escenario, Son Amat optó por colaborar con el inminente progreso material que se avecinaba, adecuando sus instalaciones e incorporando maquinaria al proceso productivo. Así, se pudo dar respuesta a la demanda de materia prima indispensable para el nacimiento del sector hotelero.

Una vez puesto en marcha el motor del nuevo modelo socio-económico, las necesidades de la isla crecieron de manera exponencial: el aeropuerto de Son Bonet no daba cabida a los numerosos turistas que querían disfrutar de los encantos que ofrece nuestra isla, siendo necesaria la construcción de Son Sant Joan; el puerto de Palma también necesitó una reestructuración para acoger la llegada de turistas y garantizar las relaciones comerciales con el exterior; la demanda eléctrica se disparó, haciendo inevitable la creación de nuevos centros de generación, como la C.T. de Es Murterá en Alcudia. En todos estos acontecimientos, cruciales para el desarrollo de Mallorca, estuvo presente Son Amat.

Esta nueva realidad no pasó desapercibida, y la isla sufrió una importante inmigración de peninsulares en busca de trabajo y prosperidad. Dado este incremento de población, se hizo forzosa la expansión urbanística de los centros de población, la creación de escuelas y hospitales, la construcción de los embalses del Cúber y Gorg Blau para el abastecimiento de agua, el desarrollo de las vías de comunicación e infinidad de servicios que demandaba una sociedad en crecimiento económico, aportando Son Amat su granito de arena en todas ellas.

Y así llegamos hasta nuestros días, en los que seguimos dando respuesta a las necesidades de la población mallorquina.

En definitiva, más de un siglo de actividad minera que ha supuesto un evidente factor de progreso material para toda la colectividad insular, así como un elemento clave en los avances sociales que se han ido produciendo en la historia contemporánea de Mallorca

La historia de Son Amat lleva tras de sí una aureola sin la que no podríamos comprender nuestro presente.

Son Amat, 135 años al servicio de la sociedad.